CRISIS EN LA LACTANCIA

crisis de lactanciaHola Chicas!!

Estoy feliz de compartirles la historia de una mami que amablemente quiso compartir su historia de lactancia, esto con fin de motivar a las mamis a buscar información y posibles soluciones a los “tropiezos” que podemos encontrar a la hora de lactar a nuestro bebé.

Ella es Érica  y es mamá de un pequeñito de 14 meses y esta es su historia !

 

Desde hace tiempo traía ganas de escribir sobre las crisis que mi bebé y yo enfrentamos mientras aprendíamos el arte de amamantar. Mi intención en estas líneas es la de invitar a todas quienes pasan por algo similar, a informarse, pedir ayuda y así pronto hallen la solución más adecuada para su situación.

 

Antes de continuar, me gustaría aclarar que con la exposición de mi caso no pretendo convencer a quienes decidieron, por la razón que sea, no continuar con su lactancia. Respecto profundamente el derecho de cada mujer a decidir cómo alimentar a su hijo y estoy convencida de que, ya sea con leche materna, leche de fórmula o lactancia mixta, nuestros hijos reciben nuestro amor en las condiciones que mejor nos acomodan a cada familia.

 

En lo personal, como desde el embarazo estaba convencida de dar leche materna exclusiva a mi hijo, me informé sobre las posiciones, el cuidado de los pezones y los mejores extractores. Pero ciertamente ignoraba las situaciones inesperadas que a muchas nos sorprenden una vez que intentamos dar la primera tetada, cundo de repente pensamos: ¿cómo?, ¿no era así?, ¿pero qué estoy haciendo mal?, ¡auxilio, me duele!, creo que no le gusta y me rechaza, mi leche no le llena, etc.

 

Es un hecho que no a todas nos va como en las películas donde el niño se prende por primera vez del pecho de su madre y mama feliz en paz, mientras ella lo acaricia y lo mira complacida. No es así. Vamos, eso sí va a suceder eventualmente, pero toma su tiempo. Antes, hay un periodo de aprendizaje, conocimiento de nuestro bebé y reconocimiento de nuestro nuevo cuerpo, lo cual inmediatamente convierte a la lactancia en un reto, donde hay tropiezos y frustración.

 

Primera crisis: el inicio

 

Mi hijo nació por cesárea de última hora. Como él presentaba ritmo cardiaco acelerado y yo fiebre, los primeros dos días recuperación los pasamos en edificios separados. Esos días, él tomaba entre tres y cuatro onzas de fórmula cada cuatro horas. “¡Es un tragón!”, decían las enfermeras. Mi esposo también le llevaba poquitos mililitros que yo podía sacarme para que también los tomara, sin embargo, no había comparación en la cantidad que yo producía y lo que él ya tomaba.

 

Al tercer día intenté pegármelo. Por unos segundos tratamos pero, como había que trabajarle más que con el biberón, me rechazó, lloró y enseguida le di fórmula. Yo era una mamá reciente y aún en shock porque el plan de nacimiento había cambiado por completo. Me sentía rebasada y me invadía un sentimiento de incapacidad. Así transcurrió la primera semana.

 

Mi bebé tomaba muchísima fórmula, casi no quería pecho, lloraba y lloraba. En la primera revisión con el pediatra me dijo que podrían ser cólicos y me recomendó insistir más con mi leche. Anteriormente, yo había elegido a ese pediatra por recomendación, era la eminencia en el vecindario y además, pro lactancia. Claro, su oficina estaba a reventar siempre y las consultas tardaban entre cinco y diez minutos máximo.

 

Después de quince días, al terminarse la caja de leche pedí a mi esposo no comprar más. Me tranquilicé, busqué videos y me armé de paciencia. Al no ofrecer más biberón, mi hijo aprendió a mamar y a partir de esa fecha comenzamos la lactancia exclusiva y a libre demanda.

 

ACÁ LA SEGUNDA PARTE :)

 

 

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